16 de octubre de 2024

Movimiento social en México y los vuelos de la muerte

El movimiento de obreros, campesinos y estudiantes en México, se intensifica a partir de la segunda mitad de los años 50 del siglo pasado. La batalla por mejores condiciones de vida y trabajo, la democratización de sus organizaciones sindicales en los sectores ferrocarrilero, magisterial, electricista, médico, la lucha por la tierra en el campo, el estudiantado por mejorar sus condiciones de estudio, normalistas, universitarios, politécnico, ocupan los escenarios políticos a lo largo y ancho en el país.

Huelgas, paros, marchas, reclamos pacíficos primero, son acallados por un Estado burgués opresor. Persecución, cárcel, muerte, empleo del ejército, policías, guardias blancas, tienen a su cargo la confrontación violenta contra el pueblo movilizado. Después, los trabajadores, estudiantes y campesinos ensayan la resistencia con autodefensas hasta llegar a los sucesos de Ciudad Madera, Chihuahua.

La cerrazón de un Estado autoritario y represivo obliga a los sectores de estos movimientos a decidirse por la resistencia armada, político-militar, desde el año 1965, con el ataque al Cuartel de Madera, Chihuahua, llevada a cabo por el Grupo Popular Guerrillero (GPG), encabezado por el maestro Arturo Gámiz. Algo similar sucede en el Estado de Guerrero, con los también dirigentes magisteriales Genaro Vázquez Rojas y Lucio Cabañas, el primero con la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR) y el segundo con el Partido de los Pobres, siendo todos ellos antecedentes históricos de la lucha por el Socialismo en México. Los movimientos armados socialistas recurren a las tácticas y estrategias de lucha guerrillera ante la imposibilidad de los cambios pacíficos en el país. La Huelga Nacional Estudiantil de 1968 y de 1971 son ahogadas en sangre y represión en el entonces Distrito Federal, sucesos que se extienden al resto del país.

Sectores del movimiento analizan la situación política nacional, pululan los núcleos dispuestos a pasar a la lucha de resistencia armada, como un medio para lograr un país más justo para todos. El Estado oligárquico en México, comienza a incrementar sus prácticas represivas contra los activistas sociales de una manera indiscriminada y selectiva. Llegan a la Presidencia de la República, López Mateos, Díaz Ordaz, Luis Echeverría, López Portillo, siendo en esos periodos sexenales, todos ellos, colaboradores directos del gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, organizando y ejecutando la represión a gran escala contra el movimiento popular e implantando sus métodos de contrainsurgencia en el país.

Ante la extensión del movimiento popular y el surgimiento e incremento de diversas organizaciones insurgentes, el Estado recurre sistemáticamente al empleo de métodos represivos más «sofisticados», al asesinato y represión en masa, practican las detenciones-desapariciones forzadas y la eliminación de los cuerpos de dirigentes y activistas de los distintos movimientos sociales y armados. Implantan «Los Vuelos de la Muerte», durante los sexenios de Luis Echeverría y López Portillo, principalmente para borrar todas las pistas de los militantes revolucionarios que vivían en el clandestinaje. 

El movimiento guerrillero socialista se extiende por el país después del frustrado asalto al Cuartel Madera ejecutado por el grupo Popular Guerrillero. Años después, algunos núcleos se aglutinan  en el «Movimiento 23 de Septiembre», la ACNR y PP de Guerrero, creando el germen para otras nacientes organizaciones armadas, como el Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR), Guajiros, Lacandones, Movimiento de Liberación Nacional (MLN), Los Procesos, Frente Estudiantil Revolucionario (FER), La Unión del Pueblo (UP), Los Enfermos de Sinaloa, Comité de Lucha de Oaxaca, el Frente Revolucionario Armando del Pueblo (FRAP), entre otras organizaciones; conformando después la mayoría de ellas a principios de 1973, a La Liga Comunista 23 de Septiembre.

De 1970 a 1979, el régimen Priista gobernante en México, impuso con policías, Dirección Federal de Seguridad (DFS), Policías Secretas de los Estados y Ejército, la detención y práctica de la política contrainsurgente de «baja intensidad» contra las organizaciones armadas y la disidencia en el país. No sólo eran las detenciones arbitrarias o en acciones de resistencia, era también el asesinato y la desaparición forzada. Se impuso como «solución final», la captura, desaparición forzada, tortura, ejecución y posteriormente desaparición de los cadáveres, mediante los «Vuelos de la Muerte», en las costas de Guerrero y Oaxaca.

En los años recientes se han hecho públicos testimonios verbales y escritos de testigos y archivos de esa práctica inhumana, genocida, de los órganos represivos del Estado Burgués Mexicano. Existen pruebas de que los “Vuelos de la Muerte”, arrojar al mar a guerrilleros en costales,  se dieron de 1971 a 1979 como una práctica regular del ejército mexicano y la DFS (Brigada Blanca), siendo las víctimas principalmente miembros y simpatizantes de las Guerrillas de Genaro Vásquez Rojas, Lucio Cabañas Barrientos y la Liga Comunista 23 de septiembre, así como otros militantes de organizaciones sociales del país, y que hasta la fecha se encuentran en calidad de desaparición forzada.

En este rubro, los archivos contienen información de las bitácoras, recorridos, días, horarios, frecuencias y «carga», de los aviones «Arava», de fabricación israelí, usados para ese fin. Se tiene información por declaraciones de los pilotos y demás tripulación de estos aviones, que los archivos están bajo resguardo del ejercito y que fueron recabados en 2002 como parte de las averiguaciones previas hechas por la “Justicia Militar”, comprobándose que el programa de terror de Estado abarcó el periodo de 1971 a 1979. Cuando el comandante Supremo de las Fuerzas Armadas de México, López Obrador, solicitó la entrega de los archivos al ejército éste se negó rotundamente a obedecerlo. Desde entonces el presidente saliente se doblegó a las fuerzas armadas y jamás permitió que avanzará la investigación sobre el papel de los militares en la “guerra sucia”.

Testigos y detenidos bajo tortura relatan que otros presos revolucionarios fueron trasladados del Campo Militar Núm 1 a bases militares cercanas a las playas de los estados de Oaxaca y Guerrero. Nunca más supieron de ellos. Los elementos del Ejército, mandos y ejecutores directo fueron los Generales Quirós Hermosillo, Acosta Chaparro, después Miguel Nassar Haro, siendo el comandante de la Base Aérea Núm. 7 de «Pie de la Cuesta», el comandante Francisco Barquín, ubicada en el Municipio de Acapulco, Guerrero, quienes iniciaron este programa de terror durante los Gobiernos de Luis Echeverría y José López Portillo.

En esa Base Aérea existe un lugar, conocido como el «Bungaló», que está cerca de la playa (aún a la fecha hay vestigios), frente al mar, dónde a los detenidos los interrogaban y torturaban. Allí los seleccionaban, pues era prácticamente un «Pabellón de la Muerte», de ahí los sacaban con el pretexto de «fotografiarlos», vendados, los sentaban frente al mar y les hacían un disparo en la nuca, en seguida los «encostalaban», atados con piedras o barras de hierro, los apilaban de entre 6 y 8, dentro de los aviones y los tiraban mar adentro a más de 200 kilómetros de distancia de la playa.

Relatan testigos, pilotos y tripulación, que a algunas víctimas aún vivos los atravesaban a bayonetazos y arrojaban al mar, cabe mencionar que al inicio de los «vuelos», en 1971, a las víctimas, no les echaban contrapesos a los costales que contenían sus cadáveres y estos aparecían días después en la costa oaxaqueña, por lo que posteriormente «perfeccionaron» su método y le agregaban bloques de cemento, piedras o barras de hierro para que se hundieran.

El itinerario era, que, en su mayoría de desaparecidos, estando meses en interrogatorios bajo tortura, en el Campo Militar Número 1, en el entonces Distrito Federal, eran trasladados a la Base Aérea Núm. 7 de Pie de la Cuesta, Guerrero para ejecutarlos sumariamente.

De 1971 a 1976 existió una coordinación estrecha entre el Ejército y la Dirección Federal de Seguridad (DFS), cuyo director lo fue Fernando Gutiérrez Barrios y su brazo ejecutor Miguel Nassar Haro, siendo este último Mando de la DFS, en los años 1976-1979, y jefe de la «Brigada Especial», conocida como la «Brigada Blanca», que actuó como Comando Único en la guerra contrainsurgente o Guerra Sucia.

A la fecha, persisten los métodos de represión de la guerra sucia, ya que crímenes y desapariciones forzadas políticas subsisten. Basta recordar la desaparición forzada en la que están los 43 jóvenes Normalistas de la «Isidro Burgos», de Ayotzinapa, Guerrero.

¡NO MÁS IMPUNIDAD DEL ESTADO BURGUÉS MEXICANO!

¡APARICIÓN CON VIDA DE NUESTROS DESAPARECIDOS!

¡VIVOS SE LOS LLEVARON, VIVOS LOS QUEREMOS!

¡NI PERDÓN, NI OLVIDO!

¡VIVAN NUESTROS HÉROES Y MÁRTIRES DEL MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO EN MÉXICO!

«Exmilitantes del Comité de Oaxaca de la Liga Comunista 23 de septiembre»

Para ver el documental https://tinyurl.com/274sd2jb

Septiembre de 2024.

By FPR

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