De acuerdo con la Encuesta de Ingresos y Egresos de los Hogares del 2022, los hogares están integrados, en promedio, por 3.43 personas y de ellas, 2.25 son perceptores de dinero por su trabajo. En relación al 2016, en el 2022, el porcentaje de los ingresos obtenidos por el trabajo aumentó un 1.5%, y el porcentaje de los ingresos obtenidos por transferencias se incrementaron en un 1.7, en este rubro se incluyen las remesas, las pensiones y las ayudas del gobierno.
Aunque este incremento pareciera ser muy pequeño, debemos considerar que, para el decil más pobre de los mexicanos, los ingresos obtenidos por transferencias representan el 18.8 % de sus ingresos y para el segundo decil más pobre representa el 16.6 %. De tal forma que la percepción de este sector más empobrecido, un incremento en esta fuente de ingresos se magnifica y marca su decisión electoral. Además, mientras las condiciones de trabajo sean más precarias, los hogares pobres tienen mayor dependencia de las ayudas de los programas sociales, ya que los empleos generados carecen de seguridad social.
No es cierto, que para AMLO sean “primero los pobres”, el promedio nacional de ingresos trimestrales por familia es de $63,695.00, si se trata del decil más rico de los mexicanos este ingreso es de $200,696.00; en comparación a los $13,411.00 que tienen como ingresos trimestrales el 10% de los hogares más pobres. Esto significa que del total de ingresos que reciben los hogares en México, los más pobres (el decil más pobre) sólo recibe el 2.1% del total.
De acuerdo al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), la pobreza disminuyó del 2018 al 2022 de 41.9 % al 36.3%, pero la pobreza por carencias sociales aumentó del 26.4 al 29.4%, esto pudiera parecer contradictorio, pero se debe que, a pesar de que el salario mínimo se incrementa, no logra revertir la mala calidad de la alimentación, de la vivienda, de los servicios públicos, tener acceso a la seguridad social, a los servicios de salud, ni resolver el rezago educativo. Parece ser que sólo incrementa un poco el consumo. Finalmente, al gobierno le resultó más barato implementar programas de ayuda económica que beneficia a una parte de la población, en lugar de resolver con calidad las carencias sociales de la población. Por ejemplo, amplía la cobertura universal al sistema de salud, pero no incrementa sustancialmente el presupuesto destinado a ella.
Aun cuando la cobertura de los programas sociales se incrementó del 28% de la población en el 2018 a un 34% en 2022, éstos no impactan la magnitud de la pobreza extrema, ya que sólo disminuyó un 0.1%
Por otra parte, para el primer trimestre del 2024, el CONEVAL refiere que la pobreza salarial se mantiene en promedio en un 35.8%, es decir, para este porcentaje de los trabajadores, el salario es insuficiente para adquirir la canasta básica. En el ámbito rural este porcentaje se incrementa al 49.6%. Así que, a 4 años de la 4T, las carencias sociales de la población han aumentado, la pobreza extrema se encuentra prácticamente igual que en el sexenio anterior, se continúa precarizando el empleo y descuidando el sistema de atención al pueblo: en salud, educación, alimentación, servicios públicos, pero con las “ayudas” de los programas sociales el gobierno recupera el control político sobre este.
Con respecto a la desigualdad económica de las mujeres, de acuerdo a los datos del primer trimestre del 2024, la brecha salarial de género se incrementó al 21.58%. Pero si se suman las otras fuentes de ingresos además del salario al trimestre, la diferencia entre géneros se incrementa a un 35% (Mujeres: $19,081.00 vs. Hombres: $29,285.00)
NOTA: De los 22 gobernadores que ganaron bajo el emblema de Morena, 8 son expriistas de larga carrera: Tamaulipas, Hidalgo, Puebla, Campeche, Sonora, Nayarit, Tlaxcala, Zacatecas y uno es ex panista Yucatán. Estos como todo Morena no aseguran el bienestar permanente de la clase obrera, mucho menos su emancipación de los capitalistas.