Las redes sociales y los medios de comunicación alternativos cotidianamente dan cuenta de una realidad que diversas organizaciones y personalidades, muchas de ellas ligadas al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), advirtieron en 2023 y que los medios masivos de comunicación tradicionales intentan ocultar: “Chiapas se encuentra al filo de la guerra civil”.
No hay un solo día en el que no se publiquen notas e imágenes que hacen referencia a enfrentamientos armados, hostigamientos y agresiones a comunidades, extorsiones, cobros de piso, bloqueos carreteros por parte de civiles armados, desapariciones forzadas, ejecuciones y todo un catálogo de hechos que ponen en evidencia la ingobernabilidad y el rompimiento del Estado de derecho burgués.
Por supuesto que estos fenómenos no son casuales, son parte de la política neoliberal y el carácter fascista que el Estado mexicano está adoptando para inhibir todo viso de protesta, para ahogar todo intento de organización y garantizar la imposición de los proyectos geo estratégicos orientados a recuperar la tasa de ganancias para la oligarquía y el imperialismo.
Mientras la violencia e inseguridad pública, generada por grupos paramilitares y delincuencia organizada coludidos con el gobierno, mantienen en la zozobra al pueblo en las comunidades rurales y barrios urbanos, la política económica y social quebranta cada día los sistemas de salud, vivienda, educación, trabajo y justicia. El aumento a los precios de la canasta básica reduce el poder adquisitivo y deteriora las condiciones de vida, trabajo y estudio de las masas trabajadoras.
En este caótico escenario, el pueblo y la clase trabajadora en su conjunto estamos obligados a presentar un frente común en defensa de nuestros derechos políticos y libertades democráticas. Ningún Mesías electorero, ningún partido político al servicio de la burguesía, logrará detener la violencia política de la burguesía contra la clase explotada. Sólo el pueblo puede liberar al pueblo; la emancipación de la clase trabajadora será obra de la clase trabajadora misma.
Nunca como hoy, se hace necesaria la unidad del Movimiento Popular. La inminente huelga del magisterio democrático nacional, la lucha de los Padres y Madres de los 43, sin lugar a dudas, son 2 referentes que pueden permitirnos esa articulación para el combate.
El pueblo de Chiapas, protagonista de extraordinarios procesos histórico sociales, tiene que hacer acopio de toda su experiencia en la lucha para vencer el desaliento, superar la dispersión, rescatar la unidad y organizarse para enfrentar la política de terror con la que se le pretende acallar.